CANTO PARA QUE NO CIERRE NUNCA NUNCA EL LIBERA

CANTO PARA QUE NUNCA CIERRE EL LIBERIA




En este poema se reclama el impago de 7 mensualidades a la empresa Liberia. Sl. L con sede en Granada Capital Calle Duquesa, 8, 18001 Granada como titular Gabriel G. En Granada mismo día y hora. 



En este poema no hay metáfora ni anadiplosis. En este poema hay un bar que se llama Liberia y un dueño que se llama Gabri y es un fiera y me encuentro al Gonzalo y en el billar y suena BB KIng y suena la navidad y suena la música de ponme un yoni-.walker.seven-up y hay un bar que tú no buscas hay un bar que te encuentra a ti y a veces aparece el Torero y ya para qué queremos más.


En este poema el dueño de un bar lamenta que ‘su negocio y algunos vecinos vayan a echar la persiana por impago a acreedores’. 


En este poema no hay métrica ni tópicos literarios renacentistas sino unos colegas que no tienen donde meterse desde que la cosa empezó a torcerse y la ciudad parecía disneilandia con los jipis del maquintosh y toda esa historia que ya sabemos y encuentran un refugio para derramar la música porque qué se derrama sino la música sino el blues sino el flamenco y qué es el blues sino la noche y vuelvo a lo mismo. 


En este poema hay un regente que afirma que ‘no ha perdido la chispa ni la actitud’. Aún le entusiasma programar actividades ‘en la onda que siempre ha llevado desde su origen el local’.


En este poema no hay versos dactílicos ni trocaicos. Hay un billar como un sistema solar porque y qué son las bolas sino planetas orbitando alrededor del Gabri y vuelvo a empezar por qué qué es la noche sino volver al mismo sitio.


En este poema hay un bar al que le reventó una tubería mientras él estaba de vacaciones en la playa y desde esas vacaciones tiene el agua al cuello con la polla del Covid y el Lehman Brother y todo eso.


En este poema no hay aliteraciones en consonantes ni soniquetes. En este poema hay una borracha diciéndole en diciembre al Gabri que ya le pagará en marzo y qué hermosa es la vida cuando te abren la persiana a las seis de la mañana y en la barra están los desheredados, los herejes, los judíos, Juana la loca y las mozárabas. En este poema viene Morente y nos pone el Omega otra vez por primera vez en esos altavoces un día de abril. En este poema unos adolescentes tardíos prueban la droga por última vez en mayo. 


En este poema hay un bar que se llama Liberia y que se salva en junio a última hora por la presión mediática y por la presión de los vecinos y por la presión del alcalde que tomaba cervezas allí cuando chico.


En este poema no hay ningún bar que se haya salvado por este poema. 


Porque en este poema no hay ningún bar que cierre sus puertas.

 

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