Un tanka para mi choni

 

Un tanka para mi choni. Escribo en una libreta recomendaciones. Recomendaciones. Estoy frente a las olas.

 Hay que leer para comer. Pasan dos intoxicadas ante mi espalda/tras/mi/espalda/ por mi espalda.

 

A

Ante

Bajo

Con

Contra                                                                   EL MAR

De

Desde

En

Para

Por

Según


TODAS LAS PREPOSICIONES/ EL MAR.


El mar. Hay que medir el mar. Cuántas sílabas mide una ola. 

La métrica de una ola que va y vuelve. La ola que nace, la ola que rompe.

 

Ay, el mar, qué fácil es escribir del mar delante del mar. No existe la creatividad delante del mar.


Si se quiere poner uno gilipollas se lee 4 tankas con la churri frente a las olas y escribe algo así como

¿Cuántas sílabas mide una ola? ¿Cuál es la métrica de una ola?

Y uno se queda una tan místico como un tanka, puaj, voy a vomitar, voy a ver como las olas se llevan mi vómito. Si tengo el bicho, si tengo el COVID 19, la ola dará vueltas a mi vómito y un maremoto, ya saben, hará el resto. 

Le dije a X que la escritura fluye.

Yo me he leído dos tankas y me he puesto frente al mar y parezco Confucio. ¿Cómo se llama el ir y venir de una cola? Me creo Confucio. Estoy Confucio. Estoy un poco Confucio.

Me gustaría haberle llamado a mi moto tanka y que una choni me pegara morreos y me dijera que por qué se llama tanka mi moto y yo le pegaría un morreo hasta el esófago.  Un morreo que supiera a sal y a vómito, de la mala noche de ayer, la mala noche de siempre. Y ella me dijera: ay, saben a mar tus besos, jeje. Y yo no le diría nada pero me quedaría con ganas de cantarle un tanka a mi choni.

Sabe a mar

Sé amar

Cuando cuento

Las olas

Frente al mar

Y la sal cura

Las llagas de mi boca.

 

Pero no le canto el tanka a mi choni. Porque yo no soy choni. Soy un universitario pretencioso sin conocimiento en métrica clásica que te planta una tesis con un marco teórico en una residencia usurpada a una pija en la crisis de Lehman Brothers.

Un imbécil que es capaz de preguntarse qué es el mar mientras la brisa le acaricia el dedo gordo, mientras el horizonte se difumina, mientras una gaviota arranca la cabeza de un pez frente a mis ojos. Las olas.

Las olas de Y.

Las olas de X, que no era choni ni pretenciosa pero es capaz de preguntarse eso de

Cuántas sílabas tiene una ola.

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