Mi padre, fenómeno meteorológico



Mi padre tenía un resfriado de astros,
estornudaba estrellas,
y bebía glaciares,
glaciares bien fríos como corazones
del Polo Norte derritiéndose en su boca,
así como los cascos de hielo se funden
en la garganta del volcán en erupción,
dejaba vapores en el aire que parecían
nubes secas
cuando le castañeaban los dientes
en la colisiones de frío calor,
escuchábamos el sonido de las placas tectónicas que emergía
de su intestinos delgados
donde tenía la flora poética
y un hambre de otoños y un páncreas ardiendo.


Mi padre,
masa de aire entre dos frentes,
viento polar descendiente del trópico
donde habitan dos ciclones de regreso a casa.

Mi padre,
en una de esas colisiones entre dos frentes de aire,
se condensó en una nube que no quisimos ver
pero hoy nos llueve tanto que nos cala la memoria
y no recordamos a qué sabían sus raciones de tormenta.

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