Y la Señora se plantó

No le pidas peras al olmo
ni flores al ficus de tu jardín,
ni mucho menos
le preguntes a las macetas
lo que quieren merendar,
si le preguntas al olmo
por el tiempo que hará mañana,
si sacudes al bonsái y le exclamas
lo guapo que está su niño.

Pero responde a tu madre niño,
quién te riega ¡eh!
quién te cría ¡eh!
¡y vosotras malas putas!
a quién pedís ayuda
cuando la lluvia no viene en mayo,
y cuándo el viento troncha vuestra ramas,
como me troncho yo la espalda
recogiendo tiestos rotos
A Mamá ¡eh! ¡A mamá!
O me hacéis caso o me planto, eh?
¡Os juro que me planto!

Y la Mamá se plantó
y de la maceta brotó
una secuoya seca
que no dio sombra
ni a las macetas de la terraza
ni alimentó a los gusanos hambrientos.

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