Te lo dije frente al mar
El deseo es como un saco de cuchillas de afeitar
para una melena de tres días.
Ayer ví como te dormías sonriendo
y me pregunto si acaso será esto la belleza:
la copa de vino derramada
sobre un glacial que se funde en lágrimas
y provoca el río que moja mis garras.
Sólos tu y yo, laúd.
Sólos tu y yo, amor.
Todos los demás duermen acompañados
bajo una luna con manchas solares,
y mal afeitada
y un amor con peros,
como tijeras oxidadas
clavadas en la fruta.
A mí que no me afeiten la barba
ni me despierten a esa gitana
que duerme
porque me pongo a rugir por bulerías.