Rock gitano


Era 1977 y alguna primavera
y Camarón construía la leyenda del tiempo,
una guitarra eléctrica
en el compás de la seguiriya
mancillaba los odios de los patriarcas gitanos.

La democracia llegaba al flamenco.


Y un puñado de poetas escribían poesía en los olivos.


La democracia llegaba a la poesía.


Aquellos poetas montaron una revolución

de tres pares de endecasílabos.
Mi abuelo leyó a Lorca
y cantó metáforas posibles
porque Camarón así lo quiso.

Y el tiempo fue sobre el viento flotando como un velero…


Y cuando florecían los almendros

 a Morente se le derramó
el rock gitano
en los versos de Lorca y Cohen.
Fue el mejor poema que mi abuelo no pudo oír.
Aunque me alegro que recogiera la aceituna
al ritmo de La Tarara,
un poema posible
que se convirtió en el himno de jornaleros andaluces
que no entendieron tu poesía
pero bailaron
aunque tú no los escuchaste.







Y el tiempo iba sobre el viento flotando como un velero...

Hasta el invierno de 2015,
y tú seguías ahí
cultivando la metáfora imposible,
cada vez más poeta
o más patriarca gitano,
cada vez más difícil que mi abuelo te hubiera leído.

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