La justicia es la proporcionalidad

''Ojo por ojo, diente por diente'' Ley del Talión

Pero el ojo de quién,
porque yo no te cambio
ese ojo de verano de playa
con esas pestañas
que son como atardeceres

por mi ojo estrábico de pirata
que retiene en la retina
un largo invierno sin despensa
la memoria de una bola de cristal sin secreto
ni muñequito de nieve rodeado de nieve.

Diente por diente,
pero el diente de quién
y cuál de los dientes
porque no es justo cambiar
esa sonrisa oceánica
que mueve mareas y llena chiringuitos
y paellas familiares a buen precio
servidas por un delantal
atado a una cintura prieta que derrite agosto

por mi muela de atrás
gastada por los mordiscos
de la rabia manchada de sangre
por morder la uva pútrida
por un empaste de cemento.

No te cambio
tu pasión
como un puño en alto
tu amor infinito
como una revolución inacabada
por mi amor tetrapléjico en silla de ruedas.

No es justo diente tuyo por diente mío.

Ni esos ojos tuyos
ni todo lo que me quieras
por todo lo que yo no puedo.

Pero si medimos la proporcionalidad del océano
en relación a esa lágrima por caer.

Entonces la justicia será eso:
un ojo arrancado por un dentista ciego
una bola de cristal sin nieve
más la proporcionalidad de tu deseo
elevado a tu sonrisa oceánica.

No.
La justicia no es proporcional
a la desigualdad de mi cariño.


''La justicia es la proporcionalidad'' Aristóteles

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