Árboles en prosa



´´y a una estatua del siglo de los Ludovico,
le nace una brizna de yerba en plena palma de la mano´´
(Cesar Vallejo, Poemas en prosa)



¿Acaso esta enarbolado?
Poeta: no cesa el anhelo.
Nace una brizna de hierba
en la palma de mi mano,
que crece como el anhelo
hasta la copa de mi mano enarbolada.
La copa de mi mano enarbolada
da sombra y cobijo a cuatro querubines,
 juegan debajo de mis rodillas,
y muerden los hongos de mis raíces.

Las cosquillas sacuden a las golondrinas
que anidaban en la copa de mi mano.
Éstas emprenden el vuelo,
y se funden con el sol.
Caen sus plumas a la altura
de la ciénaga donde reposo.

Los querubines paran el juego,
se visten con las alas de golondrinas,
emprenden el vuelo hacia la noche,
pero antes me escupen en la cara,
mean en la copa de mi mano enarbolada
la misma que antes les daba sombra y cobijo.

Poeta Cesar Vallejo:
el árbol sigue creciendo en mi mano,
al igual que el anhelo,
que no cesa y se enarbola.

Poeta Cesar Vallejo:
crece tanto el árbol
que le hace cosquillas al cielo.

Pero Poeta,
no cesa el anhelo.

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